martes, 22 de diciembre de 2020

"Crónicas Zombi: Chacal" YA A LA VENTA

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"CRÓNICAS ZOMBI: CHACAL" YA A LA VENTA PARA KINDLE Y EN TAPA BLANDA



martes, 15 de diciembre de 2020

Crónicas Zombi: Chacal YA EN PREVENTA

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viernes, 4 de diciembre de 2020

Avance de "Crónicas Zombi: Chacal"

CAPÍTULO 1

 

—¡Vamos, deprisa! —dijo mi padre mientras tiraba de mi madre para que se moviera más rápido. Ella, sin embargo, parecía más preocupada porque mi hermano mayor y yo pudiéramos perdernos, y por ese motivo me sujetaba de la muñeca con una fuerza que jamás habría imaginado que podría ejercer una mujer de su tamaño.
Los disparos tronaban en la oscuridad de la noche, y los focos de la frontera, lejos de aportar algo de iluminación, tan sólo nos cegaban los ojos cuando su resplandor nos alcanzaba. En el suelo, algunos infortunados que como nosotros trataban de cruzar al otro lado de la valla se retorcían de dolor, ya fuera por los disparos o por haberse enredado en el espino, y sus agónicos aullidos eran más escalofriantes que el balbuceo de los muertos vivientes en las calles de Tánger. Creí que jamás podría sacar de mi cabeza aquel horrendo sonido, pero el intento de mi familia de llegar a Ceuta se estaba convirtiendo en algo mucho más horrible.
Debido a la oscuridad, o tal vez al pánico, alguien en su afán de cruzar la derribada valla fronteriza chocó conmigo, consiguiendo que me soltara de mi madre y cayera al suelo. Aunque pude incorporarme enseguida, enseguida me di cuenta de que había perdido de vista a mi familia, y el miedo comenzó a invadirme.
—¡Khira! —me llamó mi hermano, para mi alivio, un instante más tarde, y cogiéndome de la mano me llevó de vuelta con mis padres. Mi madre, con el rostro lleno de lágrimas, me abrazó con tanta fuerza que casi me deja sin respiración.
—¡No podemos pararnos ahora, estamos en mitad de la frontera! —nos urgió mi padre casi empujándonos para que siguiéramos adelante—. ¡Farid, Khira, vamos! Ya casi hemos llegado.
No le creí porque trataba de darnos ánimos diciéndonos eso prácticamente desde que abandonamos Tánger. Aquella ciudad estaba completamente infestada de muertos vivientes, y según se decía, en España las cosas estaban controladas, así que mi familia, como tantas otras, se unió a un flujo migratorio que esa noche acabó por sobrepasar la frontera de Ceuta. Por lo que sabíamos, en el puerto unos ferris estaban evacuando a los españoles a la península, y nuestra única esperanza era conseguir coger uno de esos ferris.
Parecía una misión casi imposible, pero atravesar la frontera también lo parecía al principio, y ahora las dos vallas que separaban los dos países estaban en el suelo, siendo pisoteadas por una marabunta de gente desesperada que ni el ejército español se veía capaz de contener. Muchos años antes, el hermano de mi padre saltó esas mismas vallas para cruzar al otro lado en busca de un futuro mejor, ahora teníamos la esperanza de que él nos acogiera hasta que la pandemia de los muertos vivientes estuviera controlada.
La idea no me gustaba nada. No quería ir a un país extraño, donde hablaban un idioma que no conocía e incluso le rezaban a un dios distinto, y mucho menos si para ello tenía que cruzar el estrecho. El mar no me era desconocido porque mi familia y yo vivíamos cerca del puerto, así que lo veía a diario, y con frecuencia me bañaba en sus aguas… pero desde que el padre de una amiga, que era pescador, un día de tormenta no regresó a puerto, comencé a tenerle miedo.
—Por aquí —nos indicó mi padre una vez logramos atravesar la frontera. Los disparos quedaron atrás, aunque no tardarían en llegar refuerzos para contener la avalancha humana que se colaba por la brecha. Nunca supe quién o quiénes fueron los que tiraron la valla para permitirnos pasar, tampoco cómo lo hicieron, pero gracias a ellos pudimos colarnos en Ceuta y seguir luchando por nuestra supervivencia.
No llegué a enterarme muy bien de todo lo que pasó a continuación porque era de noche y tenía demasiado miedo como para prestar atención a algo más allá del camino que tenía al frente. Supe que mi padre nos dirigía siguiendo la línea de la costa en dirección al puerto, también que mucha otra gente iba a nuestro lado, algunos adelantándonos, algunos siendo adelantados, pero todos tan desesperados como nosotros mismos. En cierto momento tuvimos que desviarnos porque los miembros de un pequeño grupo comenzaron a pelearse entre ellos por las escasas posesiones que les quedaban, y en otro nos tiramos los cuatro al suelo cuando se escuchó un disparo cercano, aunque jamás supimos a qué fue debido y hacia quién iba dirigido. Más adelante se escuchó a un niño pequeño llorando, y pese a que mi madre hizo un amago de buscar el origen del llanto, mi padre la obligó a seguir adelante como si no hubiera escuchado nada.
—¿Falta mucho? —me atreví a preguntar cuando ya estaba cansada de andar. Probablemente fueran las primeras palabras que pronunciaba en toda la noche, y si me atreví a hacerlo fue sólo porque llevábamos un rato sin incidentes.
—Ya casi hemos llegado —contestó mi padre sin volverse a mirarme siquiera, concentrado en el camino—. Sólo un poco más.
Cuando quise darme cuenta el campo abierto acabó convirtiéndose en la calle de una ciudad, pero debido a que las luces de las farolas no funcionaban seguíamos igual de a oscuras que antes. Todavía íbamos rodeados de muchas de las personas que cruzaron la frontera con nosotros, aunque menos que al principio… sin embargo, mi mayor temor una vez allí comenzaron a ser los muertos vivientes.
Ya había tenido la desgracia de ver unos cuantos de ellos, y esas criaturas con aspecto humano, pero terriblemente mutiladas y con la mirada muerta, me daban pavor, de modo que en mis adentros recé con todas mis fuerzas para que ninguno de ellos apareciera por allí.
Tal vez Alá estuviera escuchándome, porque en un primer momento no tuvimos ningún encuentro con ellos… pero tampoco con nadie más. Daba la impresión de que la ciudad había quedado abandonada, como si todos se hubieran marchado.
—¿Por qué está tan oscuro? —pregunté con curiosidad.
—¡Silencio! —me exigió mi padre, que se frenó en seco e interpuso la mano para que no avanzáramos tampoco nosotros.
—No hagas preguntas —me susurró mi madre al tiempo que me colocaba bien el hiyab. Hacía sólo unas semanas desde que comencé a tener que llevarlo, casualmente al mismo tiempo que cumplí los doce años, y todavía no dominaba del todo bien la prenda.
—Ahora, vamos, rápido —nos indicó mi padre. No supe qué hizo que se detuviera, tal vez fuera la presencia de otras personas, porque me pareció escuchar algunos gritos en la distancia que sólo sirvieron para asustarme todavía más.
—¡Allí! —exclamó Farid señalando con el dedo al frente. Al final de la calle parecía haber algo que emitía luz, y que era hacia donde todos nos dirigíamos. Algunos de quienes venían en nuestra misma dirección echaron a correr al ver también la luz, y para no quedarnos atrás mi padre nos forzó a hacerlo nosotros.
—¡Deprisa! —ordenó tirando de mi madre, que a su vez tiraba de Farid y de mí.
El origen de aquella iluminación resultó ser una especie de pasillo que formaban tanto policías como militares en el puerto, y que llevaba hasta uno de los ferris que queríamos coger. Por ese pasillo humano pasaba gente, seguramente habitantes de Ceuta que abandonaban la ciudad en busca de algún lugar más seguro.
Sin embargo, aquella gente no parecía muy interesada en compartir su salida segura de la ciudad con nadie, porque nada más vernos los militares se colocaron en posición y alzaron sus armas, mientras que los policías metían prisa a la hilera de gente que tenían que evacuar.
Cuando abrieron fuego la nueva iluminación hizo que viera con total claridad, y con horror, cómo algunos de los que se lanzaron a la carrera en dirección al ferri caían abatidos por los disparos. Entonces era muy joven para entenderlo, pero era evidente que pretendía disuadir a nadie más de imitarlos. Por supuesto, fracasaron en su cometido, puesto que nadie frenó, ni siquiera mi familia y yo. Aquella era nuestra última oportunidad de escapar de los muertos vivientes. O eso creíamos al menos.
Pese a los intentos de los militares, al final toda una marea humana acabó estrellándose contra el pasillo, pero tal vez por estar preparados para aquella eventualidad soportaron la acometida sin que la horda pudiera penetrar en él. Ya no disparaban, aunque sí trataban de mantenernos alejados de allí empleando la fuerza bruta. Tras ellos, familias enteras trotaban a toda prisa en dirección al ferri sin volverse a mirarnos siquiera.
Si la valla y los disparos no nos detuvieron, el cordón militar lo iba a hacer aún menos, de modo que en cuanto los más atrasados fueron llegando la presión se fue haciendo cada vez mayor, y al final acabamos pegados a los militares. En aquel momento yo me sentía aplastada y zarandeada por quienes tenía tanto enfrente como atrás y a los lados, pero no protesté porque mi mayor preocupación era no soltar la mano de mi madre para no perderme otra vez.
Un grupito que teníamos justo enfrente acabó por ser presa del pánico, y comenzó a recurrir a la violencia para tratar de colarse en la cola del ferri. Los militares españoles cercanos tuvieron que responder a esa violencia con la suya propia para contenerlos, y en la confusión mi padre consiguió colarnos entre ellos y acercarnos más al cordón.
Ya creía que conseguiríamos atravesarlo cuando un nuevo grupo de militares llegó y nos bloquearon el paso, y volvimos a estar como al principio, aunque ahora en primera fila.
—¡Sacadnos de aquí, hijos de puta! —gritó alguien que tenía a mi espalda, y un chiquillo comenzó a gritar cuando sus padres lo alzaron en el aire con la esperanza de poder meterlo en el pasillo prácticamente lanzándolo dentro.
—¡Eh, puto moro, atrás! —bramó el militar que tenía enfrente cuando el tipo anterior trató de colarse en el pasillo, arrollándome en el proceso. Lo hizo con tanta fuerza que acabé soltándome de mi madre y cayendo hacia adelante; al mismo tiempo, tanto el hombre como el militar se enzarzaron en un intercambio de golpes.
Una mano me agarró del brazo para ayudarme a levantarme mientras yo todavía trataba de recuperarme del golpe. Pensé que sería mi madre, pero aunque de mujer, la mano era demasiado clara para ser la suya. Sin darme cuenta, al ser embestida acabé cayendo en el interior del pasillo, y quien me ofrecía ayuda era una mujer de piel morena, pero no tanto como la mía, y cabello negro que iba acompañada de un hombre y de dos niños, que debían ser sus hijos.
—Vamos, chiquilla, levanta —me urgió en mi propio idioma alzándome casi por la fuerza. Entonces, estando yo en pie, miró a un lado y otro, y al comprobar que los militares estaban demasiado distraídos para darse cuenta de lo que me había pasado, me arrancó el hiyab de la cabeza y lo arrojó a un lado, dejando mi pelo libre.
Su marido dijo algo que no entendí porque no sabía español, pero por el tono y la urgencia me pareció que le estaba metiendo prisa, y entonces ella me agarró de la mano.
—Ven con nosotros —dijo antes de comenzar a caminar y casi arrastrarme en dirección al ferri.
Me volví buscando con la vista a mi propia familia. Mi padre estaba forcejeando con un militar, pero tanto mi madre como Farid tenían la vista puesta en mí. Ella, ahora con mi hiyab en las manos, lloraba, y por un momento quise soltarme de esa desconocida y correr de vuelta a su lado, sin embargo, en cuanto percibió mis intenciones me hizo un gesto con la cabeza en dirección al ferri para indicarme que siguiera adelante.
—No… —murmuré echándome a llorar. No quería irme sin ellos, y mucho menos con unos desconocidos que iban a meterme en un barco que se adentraría en alta mar, pero en el fondo sentí que eso era lo que tenía que hacer, lo que mi madre quería que hiciera, y no me resistí.
Antes de volver la vista al frente, sin saber que ésa sería la última vez que vería a mi familia, mi mirada se cruzó con la de Farid. Él, al igual que mi madre, y a diferencia de mí, era consciente en ese momento de lo que suponía esa separación, y tal vez por ello percibí tristeza en sus ojos.

sábado, 14 de noviembre de 2020

¡¡¡"Marc, el último terrícola: Regreso al pasado" ya a la venta!!!

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jueves, 15 de octubre de 2020

Adelanto de "Marc, el último terrícola: Regreso al pasado

Para celebrar que está terminada la primera revisión (por lo que aún queda al menos otra, así que disculpad si hay alguna errata), un adelanto del primer capítulo de "Marc, el último terrícola: Regreso al pasado", libro con el que se cierra la trilogía del último terrícola.

Venga, al turrón:



CAPÍTULO 1


La ciudadela de Venhart era un lugar a todas luces terrorífico. Lo era cuando fue construido y lo siguió siendo durante los siguientes siglos. El dackhariano era un pueblo duro que trataba con dureza a sus enemigos, ya fueran externos o internos, y la ciudadela era buena prueba de ello. Allí cumplían inhumanas penas de trabajos forzados todo tipo de rebeldes y disidentes, y se decía que quien era enviado a sus minas no volvía a ver la luz natural jamás. Sin embargo, todo ese horror no tenía cabida en el palacio imperial, residencia oficial del emperador Rosenstock.
En el palacio imperial abundaban los jardines, todas sus estancias eran tan amplias como luminosas, y pese a que los dackharianos eran por lo general un pueblo austero, allí dentro estaban permitidos todo tipo de lujos y extravagancias. Al fin y al cabo, aquel lugar era también un símbolo de la riqueza y el poder de su propietario. 
Sin embargo, pese a ser un lugar elegante, donde hasta el más humilde de los criados tenía que guardar una férrea disciplina, un comportamiento ejemplar y un conocimiento perfecto del protocolo, había una persona a la que, por cuestiones de edad, se le perdonaba cuando no cumplía con exactitud las formas… al menos mientras su madre no estuviera presente. 
Aquella persona era la princesa Gretchen, única hija y heredera del emperador Rosenstock. Con sólo siete años, su mayor afición cuando sus profesores le daban un respiro de su educación como futura emperatriz del planeta, y cuando la agenda oficial de su padre se lo permitía, era corretear por los jardines y jugar con los cientos de juguetes que tenía dispersos por todo el palacio imperial. 
Aquella mañana, debido a que todavía seguía convaleciente después de pasarse casi una semana enferma, no tuvo que asistir a ninguna clase, y como ya había recuperado casi todas sus fuerzas no consintió quedarse encerrada ni un día más, de modo que con su juguete favorito en las manos se lanzó a la aventura. 
—No te alejes demasiado —le advirtió una de sus niñeras—. ¡Y nada de jugar en las fuentes, o volverás a enfermar! Como te mojes la ropa se lo diré a tu madre. 
Gretch arrugó la nariz al ver parte de sus planes frustrados, pero no se dejó desanimar, y con la réplica del destructor espacial Leviatán que le acababan de regalar en las manos echó a correr sobre la hierba. Aquel juguete le encantaba porque era una réplica a escala del destructor más importante de la flota de Dackhara, que fue construido tan sólo hacía unos meses. Cuando toda la familia participó en el vuelo inaugural, su tío Steffan le dijo que cuando fuera mayor esa nave sería suya, y desde entonces no dejaba de dar la lata a todo el mundo con el que en el futuro sería su destructor espacial particular. Tanto fue así que alguien consideró adecuado regalarle la réplica, que además de ser idéntico al original, pero mucho más pequeño, flotaba en el aire cuando lo lanzabas con la suficiente fuerza. 
Imaginando que volaba en él y visitaba planetas desconocidos acabó por llegar al porche del despacho de su padre, en la otra ala del palacio. Allí el emperador Rosenstock se reunía casi a diario con sus subordinados para tratar temas políticos y militares, de modo que le tenían prohibido rondar por la zona, que además estaba bien vigilada por la guardia personal de la familia. 
Consciente de que se había alejado más de lo que la niñera le dijo, y que no debía estar allí, agarró su juguete y se dispuso a marcharse en otra dirección. Sin embargo, cuando volvió a meterse entre las plantas escuchó las voces de dos personas que parecían estar discutiendo cerca de la fuente, y con curiosidad se acercó a ellas. 
En efecto, ambos se encontraban junto a una de las fuentes del jardín, no muy lejos de la residencia pero sí fuera de las miradas de los vigilantes. Eran un hombre delgado de pelo negro y una mujer con el pelo color del bronce, como el suyo; sin embargo, ninguno de los dos vestía con uniformes de la guardia o del personal del palacio, y tenían un objeto muy brillante en las manos, por el que parecían estar peleando. 
—Te digo que hemos llegado demasiado pronto —decía la chica tratando de apropiarse de la especie de esfera de luz por la que discutían. 
—Eso no lo sabemos, ¡suelta eso, Des! —replicó él dándole un tirón, pero sin lograr quitársela—. ¡Por el gran Dackhar! ¿Por qué siempre quieres tener razón? 
—La pregunta correcta es por qué siempre tengo razón, y la respuesta es que soy más lista que tú —dijo ella, a la que el otro había llamado Des. 
—Ya te gustaría… 
Gretch, con tanta sorpresa como curiosidad por aquella inusual escena, se quedó mirándolos mientras forcejeaban, hasta que en un momento dado la chica dio un tirón tan fuerte que le arrancó al hombre la esfera de las manos, pero del impulso se giró, y ambas quedaron cara a cara. 
—Oh, eso no tenía que pasar —murmuró el chico al reparar en ella también. Gretch seguía demasiado sorprendida para reaccionar. 
—¡Te dije que habíamos llegado demasiado pronto! —le espetó Des lanzándole la esfera brillante a las manos, él la agarró y enseguida comenzó a tocar algo en su superficie—. ¡Más te vale que se acuerde de esto, porque si no…! ¿Te quieres dar prisa con eso? 
—¡Estoy en ello! —gruñó el chico. 
—Tú no vayas a decir nada de que nos has visto aquí, ¿vale? —le pidió la chica, que luego le guiñó un ojo—. ¿Te das prisa con eso, Ker? 
—Ya está. 
—¿Gretch? —la llamó una voz a su espalda, y por instinto volvió la vista, pero entonces frente a ella se produjo un potente destello, y cuando miró hacia la fuente de nuevo no había ni rastro ni del chico ni de la chica. Eso la dejó boquiabierta, porque por esa zona la vegetación del jardín no era tan densa como para que nadie pudiera esconderse, y ambos desaparecieron como si se los hubiera tragado un agujero negro. 
Una figura alta llegó a su lado y la agarró del hombro. Asustada se volvió hacia ella, pero sólo se trataba de la persona que la llamó. 
—Hola, tío Steffan —dijo. 
—¿Qué haces aquí, niña? —inquirió Steffan Jakor Rosenstock, que vestido con su uniforme militar y sus galardones debía venir de una reunión con el padre de Gretch—. ¿Qué ha sido esa luz…? ¡Ah! Estás jugando con tu destructor. 
—¡No! —exclamó ella negando con la cabeza—. ¡No he sido yo, tío Steffan! ¡Había dos personas, ahí, junto a la fuente! Pero han desaparecido. 
—¿Dos personas? —replicó él, que echó un vistazo en todas direcciones—. Aquí no hay nadie, Gretch. ¿Seguro que no te lo has imaginado? 
La mera pregunta le resultó ofensiva, ¡por supuesto que no lo había imaginado! Sin embargo, su tío se limitó a agacharse a su lado y a coger el brazalete médico que llevaba puesto en la muñeca. 
—Todavía tienes un poco de fiebre —afirmó tras examinarlo—. Se acabó jugar por el momento, niña. Tienes que descansar, o tu madre se enfadará. En cuatro días será la celebración por el aniversario de la colonización, y la futura emperatriz de Dackhara no puede perdérselo por haberse puesto mala jugando en la fuente. 
—Pero… —fue a protestar mientras su tío la llevaba de vuelta con la niñera. Aun así, no pudo evitar volver la vista hacia el lugar donde esa pareja tan rara había desaparecido, y por última vez se preguntó quienes podían ser. 
Aquella tarde tuvo una leve recaída en su enfermedad, y con la atención médica, y la correspondiente reprimenda que le cayó por parte de su madre, olvidó para siempre lo que había visto. 

***** 

—Sólo digo que esperaba mucho más de un campo de asteroides —murmuró la doctora Meena Vólkor, geóloga de profesión y exploradora por vocación. 
Xolani Lindgren, capitán de la Intrépida, puso los ojos en blanco y resopló con paciencia. Traer personal poco habituado a las condiciones de los viajes espaciales fue una decisión que día tras día lamentaba más, pero seguía siendo una tripulación más barata que otra más experta, y en un negocio tan sujeto a la suerte como la exploración espacial a veces había que correr ciertos riesgos. Como el riesgo que los llevó a las regiones más remotas y desconocidas del espacio en busca del valioso iridio. 
La gente común solía tener una imagen distorsionada de un explorador espacial. La mayoría los veían como una especie de intrépidos aventureros que se jugaban la vida luchando contra las condiciones más adversas del espacio exterior, y a peligros tales como piratas, exploradores rivales o incluso cosas aún desconocidas por la humanidad que podían esconderse en lo más profundo del cosmos… poco sabían que el verdadero riesgo del explorador en realidad era no encontrar el iridio que creía ir a encontrar. 
Salvo que fueras patrocinado por una compañía importante, una expedición espacial conllevaba unos gastos que el explorador tenía que pagar de su bolsillo. Si ésta acababa por ser un fracaso, no sólo sería el hazmerreír del gremio, sino que podría dejarlo en una situación financiera muy delicada. 
El capitán Lindgren cargaba en sus espaldas y su reputación el peso de tres expediciones fracasadas, y por eso tuvo que servirse de una tripulación que no era la ideal para la que podría ser su última oportunidad de evitar la bancarrota. 
—No sé cómo le enseñaron que eran los campos de asteroides, pero la mayoría son así —respondió Lindgren señalando al paisaje que se podía contemplar desde el cristal del puente de mando de la nave. En su mayor parte era espacio vacío, y sólo una enorme roca flotante de aspecto prometedor estaba lo bastante cerca como para ser tenida en cuenta—. Espacio vació, y nada más. La distancia entre asteroides es tal que podría pilotar esta nave con los ojos cerrados sin peligro de chocar contra nada. 
—Ya lo sé —respondió la doctora Vólkor—. Pero, aun así, es decepcionante. 
Lindgren gruñó por lo bajo. En cierto modo podía entender las ansias de aventura de la doctora. Llevaban dos semanas encerrados en la nave con el resto de la tripulación, sin hacer nada más que poner a punto los instrumentos que podían necesitar y pasar el rato con los simuladores de realidad virtual. Se suponía que la vida del explorador estaba llena de emociones, no de rutina. 
—Esperemos que ese amiguito no sea también decepcionante —dijo mirando con ansiedad al asteroide que flotaba frente a ellos. Todas las lecturas indicaban que podía contener una buena cantidad de iridio. Si era verdad, y pronto lo comprobarían, tal vez todos salieran de pobres—. ¡Piloto, comience maniobra de aproximación! 
—Por fin… —murmuró Vólkor cuando la Intrépida empezó a acercarse a la enorme roca flotante y gris. Aunque aún estaban lejos, las marcas de impactos de asteroides más pequeños eran bien visibles—. Por su aspecto, yo diría que está compuesto en su mayor parte por silicatos. 
—Tenga preparados los equipos, doctora —le indicó Lindgren—. Usted viene conmigo a la superficie. 
—¿A la superficie? —replicó ella, de repente alarmada—. ¿Es… es necesario? 
—Sí —afirmo con rotundidad—. Si hay un solo gramo de Iridio en ese asteroide quiero saberlo, y la mejor forma de comprobarlo es desde la propia superficie. ¿A qué espera? Vaya a prepararlo todo. 
—Muy bien, capitán —respondió antes de salir del puente de mando. 
Sus ansias de aventura parecían haber desaparecido de repente, pero no fue algo que Lindgren fuera a tener en cuenta. Ahí abajo, tras una aburrida y probablemente dura capa de silicatos, podía encontrarse un yacimiento que lo convirtiera en el próximo Kassian Gavrel. Él no se compraría una mansión con vistas en Solarian, pero pagaría sus deudas, limpiaría su reputación y, con suerte, podría comprar una pequeña mansión en algún planeta más barato, como Nibiru. 
La maniobra de aterrizaje llevó unos minutos y no tuvo demasiadas complicaciones porque el asteroide era lo bastante grande como para tener su propia gravedad, y la nave podía anclarse a su superficie sin que surgieran problemas. Del mismo modo podrían caminar por él, y no saldrían despedidos flotando por el espacio al primer salto… aunque no iba a arriesgarse saltando demasiado alto. 
—Todo listo, capitán —informó el piloto—. Pueden bajar cuando quieran. ¿Cree que saldremos ricos de esta roca gigante? 
Ahora lo veremos —respondió antes de poner en marcha el comunicador—. Doctora, ¿está lista? 
—El equipo sí, yo no lo tengo tan claro, la verdad —dijo ella—. Esto no será peligroso, ¿verdad? 
—No más que navegar por un campo de asteroides de los que usted esperaba —contestó—. Prepárese, me reuniré con usted en un minuto. 
Vestidos ambos con un traje espacial, a través de la bodega de carga de la nave descargaron el instrumental que Vólkor iba a necesitar para realizar las lecturas correspondientes de la composición del asteroide. Desde la superficie aquel objeto astronómico parecía todavía más vació y desolado, pero aquellas cosas nunca se caracterizaron por ser ricas en vida. 
—De acuerdo, tenemos doscientos grados negativos a la sombra y energía para una hora de perforaciones —dijo una vez la maquinaria estuvo colocada en la rocosa superficie del asteroide—. Cuando quiera, doctora. 
—Muy bien —asintió ésta, que hizo un intento de limpiarse el sudor de la frente fruto del esfuerzo de bajar la perforadora desde la nave. Se dio cuenta de que la escafandra le impedía realizar aquel gesto demasiado tarde como para disimularlo y que pareciera cualquier otra cosa, consiguiendo así que Lindgren volviera a poner los ojos en blanco—. Eh… vale, vamos allá. 
Tras tocar unos cuantos botones y ajustar los parámetros a las condiciones de la roca, la máquina comenzó a perforar y tomar lecturas de lo que se escondía tras esa gruesa capa de silicatos. 
—De acuerdo, en unos minutos deberíamos empezar a tener resultados precisos —dijo la doctora, que suspiró aliviada y sonrió—. Pensaba que esto sería más complicado, pero está yendo bastante bien, ¿verdad? 
—No nos alegremos demasiado rápido —replicó Lindgren—. Veamos qué resultados nos ofrece ese aparato suyo antes de celebrar nada. 
La doctora torció el gesto y centró su atención en los resultados que la máquina iba proporcionándole, al tiempo que se aseguraba de que la perforación se producía de la manera correcta. Xolani Lindgren, sin embargo, se alejó caminando unos pasos y contempló el inmenso vacío que se extendía más allá de donde le alcanzaba la vista. Al hacerlo, no pudo evitar que una sonrisa se le escapara. 
—Doctora, venga aquí un momento —le pidió a Vólkor, y ella, un poco confundida, se acercó. Al verlo mirando al horizonte ella lo hizo también. 
—¿Va todo bien, capitán? —inquirió. 
—Sí, todo va bien, pero mire esto —dijo extendiendo una mano para mostrárselo—. Ahora mismo nos encontramos en los límites de lo conocido, doctora. Lo que estamos mirando, esa inmensa negrura que puede esconder millones de secretos, es un territorio que la humanidad no ha pisado jamás, que no aparece en ninguna carta de navegación y que nunca nadie ha visto como nosotros estamos viendo en este instante. ¿No le parece impresionante? 
—Sí que lo es —tuvo que reconocer ella, observando ahora esa negrura con renovada admiración—. Quién sabe qué secretos se esconderán en todos esos planetas, estrellas y… eh… ¿qué es eso? 
—¿El qué? —preguntó Lindgren buscando con la mirada. 
—Esa cosa blanca que se acerca tan rápido —señaló Vólkor con el dedo. 
—¡Oh, mierda! —masculló por lo bajo cuando lo localizó. Algo se acercaba a una velocidad inconcebiblemente rápida hacia ellos, y todo indicaba que iba a colisionar en cuestión de unos segundos—. ¡A la nave! ¡Ya! 
Aunque ambos echaron a correr lo más rápido que la escasa gravedad les permitía, Lindgren sabía muy bien que era una pérdida de tiempo. El objeto, fuera lo que fuera, iba demasiado rápido, y no les iba a dar tiempo a llegar… sólo él podía tener tan mala suerte de aterrizar en un asteroide que estaba a punto de colisionar con otro. 
—¡No vamos a conseguirlo! —gritó la doctora al borde de las lágrimas mientras se esforzaba por correr todo lo que podía. 
—¡Sólo un poco más! —dijo él, pese a todo. 
—¿Capitán? ¿Me escucha? —se comunicó el piloto, y al mismo tiempo la nave puso los motores en marcha y comenzó a elevarse—. ¿Han visto eso? Lo siento pero no hay tiempo… yo me largo. 
—¡No, espera! —chilló Vólkor estirando una impotente mano hacia una nave que estaba decidida a abandonarlos—. ¡No! 
No tuvieron más tiempo de lamentarse por su suerte porque aquel objeto acabó por alcanzarlos… pero, en contra de lo esperado, no chocó contra el asteroide, sino que pasó sobre él moviéndose a tal velocidad que costaba seguirlo con la mirada. Aun así, consiguieron hacerlo, y enseguida se dieron cuenta de que aquello surgido del espacio profundo no tenía nada de asteroide. 
—Ca… capitán, ¿ha visto…? —balbuceó la anonadada doctora—. ¿Eso era…? 
—Una nave espacial, sí —afirmó él también boquiabierto. Blanca, y ovalada como el huevo de un pájaro, no se parecía a ninguna nave que hubiera visto nunca, y el hecho de que no la detectaran antes de verla también era muy significativo—. Una nave desconocida venida de una zona inexplorada del espacio. 
—¡Era una nave fantasma! —exclamó Vólkor asustada—. ¡He oído hablar de ellas! Los pilotos veteranos dicen que a veces se las ve en las zonas más inhóspitas del espacio. ¡Son reales! 
—No diga tonterías —replicó Lindgren. Sólo le faltaba para terminar de hundir su reputación que su tripulación fuera por ahí contando historias de naves fantasma—. Seguramente será algún prototipo militar que está probando el gobierno de una de las colonias lejos de la vista de la gente. Lo mejor que podemos hacer es olvidar que la hemos visto. 
—Pero… —fue a protestar la doctora, sin embargo, el capitán no se lo permitió. 
—¡Olvide lo que ha visto! —le advirtió—. Todavía tenemos que averiguar si este asteroide esconde iridio en su interior… ah, mire, por ahí vuelve ese piloto cobarde. A ver qué cara pone cuando sepa que acaba de quedarse sin la mitad de sus beneficios por la espantada de antes. 

***** 

En sus ochenta años de vida, Iskandar Ronstadt, “Iskar” para sus amigos, había vivido muchas situaciones dramáticas. Como exiliado dackhariano cuando el emperador Rosenstock tomó el poder conoció los horrores de la guerra, también la tragedia que suponía ser un refugiado político en un planeta como Nueva Tierra, que miraba a los dackharianos con desconfianza… pero nada de eso se podía comparar a lo que tuvo que vivir en la ya conocida como “rebelión de los androides”, sucedida dos años atrás. 
Las consecuencias de aquella corta pero intensa rebelión todavía eran bien visibles en las calles de la ciudad de Europa. No sólo no había plaza que no contara con un pequeño memorial en recuerdo de las víctimas que dejó aquel acontecimiento, sino que el número de pintadas llamando a quitarse los chips cerebrales se podían ver en prácticamente cada hueco vacío de las fachadas de los edificios. 
Iskar sintió un escalofrió cuando se encontró una de ellas de camino a su tienda, pues le recordaban demasiado a lo que los jóvenes de su planeta gritaban en las calles durante la revolución que le entregó el poder absoluto a Rosenstock. Pero si había una constante en la historia de la humanidad era la falta de memoria, y sin duda quienes hacían esas pintadas no habían vivido lo suficiente como para recordar aquellos tiempos, que de todas formas sucedieron en un planeta muy lejano de allí. 
Además, tampoco se podía decir que no tuvieran parte de razón: esos chips estuvieron a punto de aniquilarlos a todos, y no sólo en Nueva Tierra y Vega III, donde la rebelión logró extenderse, sino a toda la raza humana. Era cuanto menos curioso que aquello se lograra evitar gracias a, entre otros, Gretchen Rosenstock, hija del depuesto emperador, y una banda de dackharianos rebeldes. Como exiliado, nunca pensó que esa clase de gente sería la que un día le salvaría la vida. 
—El destino siempre logra sorprenderte —murmuró para sí mismo antes de introducirse en la calle principal. Desde ella tenía unas vistas privilegiadas de la antena de comunicaciones superlumínicas, una kilométrica antena que fue destruida durante la rebelión y que, debido a su tamaño y complejidad, dos años después de destruirla todavía estaban reparando. 
—¿Diecisiete días? Imposible, no les va a dar tiempo a tener toda la estructura lista —comentaba un anciano que, sentado en un banco de la calle junto con otro anciano, observaba con mucho interés las labores de construcción. Aunque la antena se encontraba a varios kilómetros de distancia, gracias a sus dimensiones era perfectamente visible desde allí. 
—Mi yerno trabaja en control climático, y me ha contado que les han prohibido las lluvias en esta zona hasta dentro de diecisiete días —afirmó el otro anciano—. Ése es el tiempo que tienen para completar la estructura, porque tras un mes sin lluvia no creo que puedan alargarlo más tiempo. La última vez que hicieron algo así provocaron una tormenta eléctrica tal que causó más daños de los que querían reparar. 
—Harán una chapuza que luego tendrán que reparar a los dos días —intervino un tercer hombre, que en realidad era un androide, y que se unió de buena gana a la discusión—. Así malgastan el dinero público… 
Iskar no sabía qué tenían las obras que atraían la atención de viejos y androides de aquella manera, pero él tampoco era nadie para juzgar las aficiones de los demás cuando la suya era mucho más excéntrica. 
Desde bien pequeño siempre le gustaron las antigüedades. Dackhara no era conocida por sus museos, pero los pocos que había los visitó en su juventud infinidad de veces. Sin embargo, su mayor afición era sin duda la arqueología digital. Desde que la humanidad aprendió a registrar digitalmente audio e imagen, había más de un milenio de información sobre la vida, costumbres, creencias, música, películas y cultura en general de su raza del que disfrutar flotando en la Telaraña. 
Aunque el lugar para alguien como él sin duda habría sido el planeta Atenea, tuvo la suerte de poder abrir un pequeño establecimiento donde recopilar todos esos fragmentos de historia y compartirlos con quienes valoraban su afición. No era un negocio que dejara mucho dinero, pero tras vivir las miserias de la guerra, Iskar era un hombre que se conformaba con poco. 
—Buenos días —lo saludó uno de sus clientes habituales, el androide Russell MQ-2, cuando llegó a la entrada de su establecimiento. 
—Buenos días, Russell —lo saludó él también—. Has venido pronto hoy. 
—En realidad, tú has venido treinta segundos tarde —señaló el androide—. Yo estaba aquí a la hora exacta en que se supone que abres la tienda. 
—Mil perdones —dijo. Era absurdo discutir con un androide sobre puntualidad. Estaba en su programación ser unos intolerantes con los retrasos tanto como estaba en el ADN humano llegar a los sitios cuando les diera la gana—. Me he entretenido mirando la reconstrucción de la antena… debo estar haciéndome viejo. 
—¡Oh! Yo también he estado un par de horas echando un vistazo —afirmó Russell con entusiasmo—. Al menos hasta que un grupo de indeseables me ha echado de allí lanzándome piedras. 
Iskar torció el gesto al tiempo que abría las puertas de su tienda. Habían pasado dos años, pero todavía quedaban personas resentidas que no perdonaban a los androides lo que hicieron entonces… poco les importaba a esos indeseables que sus mentes estuvieran siendo controladas, algunos sólo buscaban en la vida algo a lo que odiar. 
—Pasa —le ofreció una vez abrió la tienda. Como establecimiento era más bien tirando a pequeño, y no especialmente llamativo, pero tampoco lo buscaba. El suyo era un negocio austero, no apto para el gran público y que tampoco necesitaba de una gran infraestructura. Con una buena base de datos y terminales donde bucear entre un milenio de archivos antiguos era más que suficiente—. ¿Buscabas algo en particular hoy, o sólo vienes a curiosear, como siempre? 
—En realidad sí buscaba algo —dijo el androide—. Cantos de ballena. 
—¿Ballena? —replicó sorprendido—. ¿Esos animales marinos enormes de la antigua Tierra? ¿Por qué? 
—Curiosidad —respondió Russell encogiéndose de hombros—. ¿Sabías que había cantos de ballena grabados en los discos de oro de las sondas Voyager? Quiero saber cómo sonaban. 
—Está bien, ya sabes dónde está todo —le ofreció al tiempo que él se dirigía al mostrador—. Por cierto, anoche conseguí una recopilación de música del siglo XXIII. Dicen que es la mejor música que se ha compuesto jamás. 
—¿Música de la edad de oro de la humanidad? Interesante… —valoró el androide—. Eso es lo que siempre admiraré de vuestra raza: después de tres siglos de horrores, de repente, y sin que nadie pudiera verlo venir, el siglo XXIII. Llevando a cabo tareas rutinarias y calculando estadísticas sois pésimos, pero dándole la vuelta a las situaciones no hay androide que os gane. 
—Alguna virtud teníamos que tener —dijo Iskar, y entonces volvió la vista hacia la puerta porque alguien acababa de atravesarla. 
Los clientes no eran muy habituales en su establecimiento porque casi todo el mundo contactaba con él a través de la Telaraña, así que le extrañó ve a alguien entrar a primera hora. Aquel hombre, sin embargo, no parecía alguien interesado por las antigüedades digitales, sino más bien un tipo que había bebido de más y no era capaz de encontrar el camino de vuelta a casa. 
Desaliñado, con una descuidada barba negra, ojeras, aspecto abatido y una pesada mochila cargada a la espalda, se acercó al mostrado casi tambaleándose mientras tanto Iskar como Russell le observaban con desconfianza. 
—¿En qué puedo ayudarle? —le preguntó una vez lo tuvo enfrente. La pregunta le pareció más que adecuada, porque aquel individuo tenía aspecto de necesitar toda la ayuda posible. 
—Quería todo lo que haya sacado David Bowie desde el año dos mil dieciséis —le pidió aquel hombre con voz cansada mientras se colocaba bien la correa de la mochila. Por qué alguien querría castigar su espalda con un artilugio semejante era algo que Iskar no podía entender, pero a su tienda solían acudir personas que gustaban de artefactos anticuados—. He buscado, pero no encuentro nada más a partir de ese año. 
—Deje que eche un vistazo —contestó, e inmediatamente comenzó a navegar en su base de datos. Remontarse a una época tan antigua era complicado; mucho de lo que había entonces se perdió para siempre, pero en su mayor parte eran vídeos tontos sin valor alguno que la historia tampoco iba a echar de menos—. Vaya, me temo que no hay nada más. Ese tal David Bowie murió en dos mil dieciséis. 
Durante unos segundos aquel extraño hombre no dijo nada, como si la noticia lo hubiera dejado en shock. 
—Oh… genial —dijo al cabo de unos interminables segundos—. Gracias de todas formas. 
Tal y como llegó se marchó, a paso lento, como si el peso de la vida pudiera con él, y de nuevo tanto Russell como Iskar se quedaron mirándolo hasta que salió de la tienda y se perdió de vista, pero en esta ocasión el androide lo hizo boquiabierto. 
—¿Sabes quién era ése? —le preguntó a Iskar lanzándose hacia el mostrador. 
—¿Quién? —inquirió él con curiosidad. 
—¡Era él! ¡El último terrícola! —exclamó Russell. 
—¡Vamos anda! —se burló Iskar—. ¿Me estás diciendo que el último terrícola, el hombre más buscado por las siete colonias, se ha presentado en mi tienda preguntando por música de hace…? 
El androide alzó las cejas, y al darse cuenta de la conexión por fin, Iskar quedó tan boquiabierto como el propio Russell. Sin mediar palabra, ambos corrieron hacia el escaparate de la tienda para intentar localizarlo, pero ya era demasiado tarde, y para cuando llegaron, el último terrícola se había perdido de vista mezclándose entre el gentío. 
—¿De verdad crees que era él? —preguntó Iskar todavía buscándolo con la mirada. 
—Estoy seguro de que lo era, sí —contestó Russell. 
—Pues, si lo era, no tenía muy buen aspecto —dijo—. Me pregunto qué le habrá pasado para acabar así…

viernes, 4 de septiembre de 2020

"Marc, el último terrícola: la furia de Dackhara" GRATIS

 Cuanto tiempo, pero ya tocaba actualizar, y será con un pequeño regalo.

Como bien sabéis los que me seguís por twitter, actualmente me encuentro escribiendo la tercera y última parte de la trilogía de Marc, el último terrícola, y para celebrar ese evento tendréis disponible el primer libro GRATIS

Link a Amazon: https://www.amazon.es/dp/B01061YI3W

Y si ya lo habéis leído, la segunda parte "Marc, el último terrícola: el destructor de soles" también está disponible: https://www.amazon.es/dp/B07661K9LG/

miércoles, 22 de abril de 2020

lunes, 24 de febrero de 2020

Actualización

Actualizada la sección "¿SABÍAS QUE...?" de Crónicas Zombi con información sobre Rhiannon y Generación Z

Recuerda que esta sección contiene SPOILES brutales. Entra bajo tu responsabilidad.

jueves, 30 de enero de 2020

¡Los Marginados: Plasmatrón Oscuro, ya en preventa!


¡Los Marginados: Plasmatrón Oscuro, ya en preventa! ¡Cómpralo ahora y el viernes 7, en cuando esté a la venta, serás el primero/a en tenerlo!

Y si todavía no le has dado una oportunidad a la saga Los Marginados, ¿a qué esperas? Por un mísero euro puedes conseguir la primera parte.

lunes, 20 de enero de 2020

Los Marginados, Plasmatrón oscuro. Portada y sinopsis

Próximamente: Los Marginados, Plasmatrón oscuro. Continuación de la saga superheroíca que demuestra que lo importante de un superhéroe no es el súper, sino el héroe.
La portada es obra de Iván González, ilustrador habitual de la saga.
Sinopsis: La aventura de los Marginados está cercana a su fin. Tras los incidentes en Prípiat y la embajada soviética el gobierno está a punto de prescindir del supergrupo, que pese a tener los días contados se las tiene que ver con toda una nueva ola de suprahumanos nacidos por efecto de la grieta dimensional que todavía flota en el cielo. Sin embargo, para Plasmatrón los problemas están lejos de acabar con la caída del supergrupo, y cuando su identidad secreta quede revelada tendrá que enfrentarse a la parte más oscura de sí mismo para demostrar si merece seguir siendo un superhéroe.

miércoles, 15 de enero de 2020

Portada de Los Marginados: Plasmatrón Oscuro (preliminar)

Vistazo preliminar a lo que vendrá siendo la portada de Los Marginados: Plasmatrón Oscuro.
Por la mano de Iván González, ilustrador habitual y mal pagado de la saga
A la venta mucho antes de lo que pensáis

jueves, 9 de enero de 2020

Proyectos para 2020

¡Año nuevo y vida...! Nah, vida la misma, por eso seguimos adelante con nuevos proyectos literarios para el futuro. Este año va limitadito de tiempo porque me ha surgido una cosa que aún no puedo anunciar, porque no está confirmado, y otra cosa más que tampoco puedo anunciar, porque no está confirmado... pero lo que sí puedo contar es que voy a trabajar en:

La saga de Los Marginados continúa con "Los Marginados: Plasmatrón oscuro". Éste ya está escrito, sólo falta revisarlo. Será un libro cortito, como el de El príncipe de Taured, que servirá de conexión entre Los Marginados 2 y el gran final de Los Marginados 3.

Qué mal me ha quedado la imagen... pero bueno, la idea es cerrar la saga de Marc, el último terrícola. No sé si será este mismo año o se irá al que viene, porque aún no he empezado a trabajar en ello, pero la idea es ir haciéndolo en los próximos tiempos.

¿Os ha sabido a poco? A mí también, pero ya os digo que hay un par de proyectos interesantes ahí pendientes que espero que se acaben materializando, uno de ellos que puede ser muy flipante... y si no salen, pues ya anunciaré más libros, que tengo por ahí uno abandonado de fantasía, un pequeño spin off para Crónicas Zombi, etc.

jueves, 2 de enero de 2020

¡Renovación completa del blog!

Por si no lo sabíais, hasta hace unas horas cada saga de mi autoría poseía su propio blog donde anunciar las novedades, promociones, subir curiosidades, etc. Llevar cuatro blogs es complicado, y siendo realista sólo el de Crónicas Zombi se actualizaba de cuando en cuando... de modo que he decidido hacer una transformación completa, y ahora todo estará concentrado en un único blog, donde se hablará de cualquier libro o cualquier noticia importante relacionada con ellos.
Ninguna información se ha perdido, todo está recopilado y debidamente linkeado de forma que siga siendo accesible, así que todo seguirá como hasta ahora, salvo que la estética ha cambiado y ahora tendréis que ver escrito mi nombre más a menudo.

Superhéroes y supercriminales

-ALFIL-
-Nombre real: Desconocido.
-Fecha de nacimiento: Desconocida (edad cercana a la treintena).
-Superpoderes: Fuerza, destreza y agilidad ligeramente superior.
-Datos conocidos: Por lo que se sabe, lleva un tiempo indeterminado siendo un hombre de Bellantoni, el emperador de la mafia. Debido a su bajo perfil, fue capaz de hacerse pasar por un superhéroe desconocido que intentaba combatirle, pero acabó por revelar su verdadera naturaleza.



-EL PRÍNCIPE DE TAURED-
 
-Nombre realAntoni Sanz.
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1940.

-Superpoderes: Se le considera el mayor telekinético del mundo.
-Datos conocidos: Reclamó el título de Príncipe de Taured por sus derechos de sangre, pero mucho antes de eso fue un habil político y el superhéroe Gravitón, aunque no ejerció como héroe durante demasiado tiempo. Gobierna el diminuto estado pirenaico desde hace más de veinte años, y siempre ha procurado mantener una postura neutral frente a otras naciones.



-AUGURIO-
-Nombre real: Desconocido. 
-Fecha de nacimiento: Nacida en 1958 (47 años en 2005)
-Superpoderes: Precognición (recibe visiones de sucesos futuros), Levitación (es capaz de levitar a pequeña altura si se concentra), Telepatía menor. 
-Actos heróicos reconocidos: Muerte de Flecha de Plata, evitar el golpe de estado del Patriota en el 81, detención de la Parca, detención de Muerte Carmesí, colaboración en la detención de Ocaso, desmantelamiento de la corporación Whitewater. 
-Datos conocidos: Abandonó el superheróismo activo al quedar embarazada en el año 1987, recibió la gran cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, el título de Hija Predilecta de Madrid, la medalla de oro al mérito en el Trabajo y la gran cruz de la Orden del Dos de Mayo.



-EL BANDOLERO-
-Nombre real: Desconocido. 
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1970
-Superpoderes: Fueza, destreza y resistencia mejorada.
-Actos heróicos reconocidos: Actos de superheroísmo menor vinculados a reivindicaciones sociales. 
-Datos conocidos: Pese a su fama e historial de activista, parece disfrutar más de la fama y la gloria que de ayudar al prójimo.




-CAPITÁN FALANGE- 
-Nombre real: Desconocido.
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1936 (69 años en 2005)
-Superpoderes: Superagilidad, puntería infalible. 
-Datos conocidos: Antiguo instructor de la Falange Española, fue segundo al mando del supergupo "Los Tercios" que fue formado como parte del plan de estabilización de 1959
. Fue parte fundamental del grupo al ser quien más luchó por mantenerlo cohesionado incluso en los momentos difíciles, sobre todo cuando el Patriota comenzó a perder la cabeza y con la crisis sufrida tras la traición de Flecha de Plata y la muerte de Carrero. Se retiró en el año 1975, tras la muerte de Franco, y no se volvió a saber más de él.



-CAPITÁN JUSTICIA-
-Nombre real: Desconocido.
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1959 (46 años en 2005)
-Superpoderes: Superfuerza, superresistencia, supervelocidad, capacidad de vuelo, visión calorífica.
-Actos heróicos reconocidos: Detención de la Parca, detención de Muerte Carmesí, detención de Ocaso y el Dr. Gamma, colaboración en el desmantelamiento de la corporación Whitewater, innumerables actos de superheroísmo cotidiano 
-Datos conocidos: A diferencia de lo que suele ser habitual, no desarrolló sus poderes durante la adolescencia, sino que nació con ellos, y durante mucho tiempo se negó a utilizarlos y convertirse en el icónico superhéroe que es hoy día.




-CANDADO MENTAL-
-Nombre real: Oleksandra Vasylchenko "Sasha"
-Fecha de nacimiento: Nacida en 1985
-Superpoderes: Capacidad de dejar en coma a cualquier con quien contacte telepáticamente
-Actos heróicos reconocidos: Detención del supercriminal Vykradach.
-Datos conocidos: Originaria de la ciudad de Prípiat, en Ucrania, al igual que su hermana Malacia trabaja para el KGB en misiones especiales. Tiene entrenamiento de espía y conoce varios idiomas, entre ellos el español.



-DAMA JUSTICIA-
-Nombre real: Desconocido.
-Fecha de nacimiento: Nacida en 1969
-Superpoderes: Ninguno
-Crímenes: Asesinato de dos jueces y tres fiscales
-Datos conocidos: Fue una abogada criminalista que creía en la reinserción incluso de los criminales más violentos, quienes solían ser sus clientes. Uno de ellos le lanzó ácido a la cara después de ser condenado y la dejó ciega. Se cree que ése fue el desencadenante de su locura, y a partir de entonces comenzó a matar a miembros de la judicatura que su percepción de la realidad hacía que considerara corruptos.



-DESLIZADORA-
-Nombre real: Desconocido. 
-Fecha de nacimiento: Nacida en 1955.
-Superpoderes: Absorción de energía cinética para mejorar su propia velocidad.
-Actos heróicos reconocidos: Actos de superheroísmo menor a lo largo de los años ochenta. 
-Datos conocidos: Durante la transición quiso ser una superheroína famosa, pero nunca llegó a destacar. Pese a todo, sufre de un carácter altivo y arrogante.




-DR. GAMMA-
-Nombre real: Dr. Enrique Palacios
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1938 - Muerte en 2004, a los 66 años.
-Superpoderes: Ninguno.
-Crímenes: Experimentación de radiación Gamma en humanos, cómplice del asalto de Ocaso.
-Datos conocidos: Profesor universitario de física hasta que fue condenado por experimentación en humanos, disfrutó de libertad condicional a cambio de trabajar para la multinacional armamentística Midecai hasta que murió de cáncer por su constante exposición a la radiación.



-EIDOLÓN-
-Nombre real: Desconocido. 
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1988.
-Superpoderes: Puede endurecer su piel hasta hacerla de acero orgánico.
-Actos heróicos reconocidos: 
-Datos conocidos: Miembro más joven la Liga Victoriana. El superhéroe Esfinge es su mentor. Sabe hablar español con fluidez.



-ELECTROLITO-
-Nombre real: Jaime Lalinde Gonzálvez.
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1955 (50 años en 2005)
-Superpoderes: Ninguno.
-Crímenes: Atraco a tres sucursales bancarias.
-Datos conocidos: Doctor en física, fue contratado por el suprecriminal Ocaso para trabajar en la construcción de la bomba atómica en el edificio Rockefeller. Quedó en paro después de que Ocaso fuera detenido, y al no encontrar trabajo con esa mancha en su historial, utilizó sus conocimiento  para dedicarse al crimen y castigar a una sociedad que lo había abandonado.



-ESFINGE-
-Nombre real: Desconocido
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1975

-Superpoderes: Puede hacer creer que está haciendo una cosa cuando hace otra
-
Actos heróicos reconocidos: 

-Datos conocidos: Segundo al mando de la Liga Victoriana, mentor de Eidolón y mano derecha de Sílfide.



-EL FANTOCHE-
-Nombre real: Desconocido
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1965

-Superpoderes: Se le asume una agilidad sobrehumana.
-Crímenes: Adulteración de drogas y asesinato de varios camellos menores.

-Datos conocidos: Secuaz de Vinny Bellantoni, implicado en el tráfico de drogas y creador de una sustancia que aplicada a ellas provoca terribles alucinaciones a sus víctimas. Viste como un bufón medieval.



-GABRIELO VIVALDI-
-Nombre real: Gabrielo Vivaldi
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1955
-Superpoderes: Ninguno
-Crímenes: Tráfico de drogas, posiblemente alguna ejecución mafiosa.

-Datos conocidos: De origen italiano, es un secuaz de Vinnie Bellantoni y propietario de un club nocturno.



-HYDROS-
-Nombre real: Desconocido. 
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1958.
-Superpoderes: Control del agua en cualquier estado.
-Actos heróicos reconocidos: Colaboración en la detención de la Parca, detención de Iceberg, frecuentes actos de superheroismo cotidiano. 
-Datos conocidos: Supuesto hermano del supercriminal Iceberg, se dice que con su poder era capaz de mantenerlo a raya. Fue compañero de Augurio durante sus últimos años de vida. Fue asesinado por Viuda mortal.



-ICEBERG-
-Nombre real: Desconocido
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1957
-Superpoderes: Dominio del frío y el hielo.
-Crímenes: Frecuentes robos con numerosas víctimas mortales, causante de la muerte del comisario Godillo.

-Datos conocidos: Se rumorea que podría ser el hermano del fallecido Hydros, pero que a diferencia de él eligió una vida criminal. Frecuentemente realiza chascarrillos relacionados con el frío y el hielo.



-IRIS-
-Nombre real: Desconocido. 
-Fecha de nacimiento: Nacida en 1978.
-Superpoderes: Creación de halos de luz y vuelo.
-Actos heróicos reconocidos: Actos de superheroísmo menor. 
-Datos conocidos: Supermodelo reconvertida en superheroína más debido a la fama que a la verdadera vocación. Sus vistosos poderes son muy admirados por el público.




-MALACIA-  
-Nombre real: "Lyza" Vasylchenko
-Fecha de nacimiento: Nacida en 1982
-Superpoderes: Provoca alteraciones del equilibrio, creando mareos que pueden ser mortales
-Crímenes: Varios asesinatos cometidos para el KGB
-Datos conocidos: Junto a su hermana Candado Mental trabaja para el KGB como agente especial. Posee entrenamiento como espía y conoce varios idiomas, entre ellos el español. Su carácter es más cruel y despiadado que el de su hermana.





-MANTÍCORA-

-Nombre real: Desconocido. 
-Fecha de nacimiento: Nacida en 1972.
-Superpoderes: Desconocidos
-Actos heróicos reconocidos: Actos de superheroísmo menor. 
-Datos conocidos: Miembro de la Liga Victoriana, el supergrupo oficial del Reino Unido




-MÁSCARA ROJA-  
-Nombre real: Vincent Bellantoni Jr.
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1970 (35 años en 2005)
-Superpoderes: Ninguno. 
-Crímenes: Secuestro de su sobrina, asesinato de su hermano.
-Datos conocidos: Errático y con tendencias violentas, se rebeló contra su padre cuando descubrió que, pese a ser el hermano mayor, no sería el heredero de su imperio criminal. Adoptó la identidad de Máscara Roja y se alió con enemigos de Bellantoni para destruir su legado y hacerse con el control de los bajos fondos de la ciudad.




-MERODEADORA FANTASMA- 
-Nombre real: Andrea Cervántes Cazorla.
-Fecha de nacimiento: Nacida en 1987 (18 años en 2005)
-Superpoderes: Capacidad de volverse impalpable. 
-Actos heróicos reconocidos: Ninguno al comienzo de la historia.

-Datos conocidos: Siendo muy pequeña, sus padres murieron y fue entregada a un orfanato, donde descubrió su poder de volverse impalpable y atravesar e en esa forma cualquier objeto. Ya como adulta, emplea sus dones para cometer sobre todo robos menores y vivir al margen de la ley. Podría sufrir de cleptomanía.



-MISTER FORTUNA-
-Nombre real: Desconocido. 
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1974.
-Superpoderes: Manipular la suerte a su favor.
-Actos heróicos reconocidos: Actos de superheroísmo menor. 
-Datos conocidos: Más recordado en las revistas del corazón por sus relaciones con famosas que por sus actos de heroísmo, pero pese a todo reconocido como un superhéroe poderoso por su inusual poder.




-OCASO-
-Nombre real: Miguel Ángel Montero Belenguer
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1960 (45 años en 2005 / apariencia de 28)-Superpoderes: Ninguno.
-Crímenes: Asesinato de 22 personas durante el asalto a un laboratorio farmacéutico, robos menores en farmacias.

-Datos conocidos: Con su gran conocimiento científico desarrolló unos generadores voltaicos que le permitían lanzar descargas eléctricas y generar campos magnéticos.



-LA PARCA-
-Nombre real: Desconocido
-Fecha de nacimiento: Desconocida
-Superpoderes: Exacerbar y manipular los miedos ajenos
-Crímenes: Más de cuarenta asesinatos, muerte del superhéroe Hydros.

-Datos conocidos: Una de las supercriminales más temidas de la historia, causó auténtico terror durante los años ochenta en Madrid hasta que fue detenida por Augurio. Desde entonces permanece recluida en Carabanchel.



-EL PATRIOTA- 
-Nombre real: Desconocido.
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1934 (71 años en 2005)
-Superpoderes: Superfuerza, superresistencia, supervelocidad, capacidad de vuelo, dispara rayos caloríficos por los ojos. 
-CrímenesAsesinato de Flecha de Plata, ejecutor de la Matanza de Atocha, ejecutor degolpe de estado del 23-F.

-Datos conocidos: Ferviente defensor del régimen franquista, encabezó el supergrupo conocido como Los Tercios formado como parte del plan de estabilización de 1959. Su fanatismo llevó a que asesinara a su compañera Flecha de Plata cuando ésta demostró ser una traidora, y tras la caída del régimen franquista se opuso a la instauración de una democracia, momento en que se convirtió en un villano. Fue quien reclutó a Augurio en el año 73 para sustituir a Flecha de Plata.



-PISTOLERO LOCO-
-Nombre real: Mauricio Contreras.
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1951 (54 años en 2005)
-Superpoderes: Ninguno.
-Crímenes: Crímenes contra la humanidad en todas las guerras que ha participado, cómplice del asalto de Ocaso.

-Datos conocidos: Sangriento y eficaz mercenario que presumía de poder matar a un mosquito de un disparo. Desarrolló un Parkinson precoz que le obligó a retirarse.



-SÍLFIDE-
-Nombre real: Desconocido. 
-Fecha de nacimiento: Nacida en 1959.
-Superpoderes: Control del aire
-Actos heróicos reconocidos: 
-Datos conocidos: Líder de la Liga Victoriana, el supergrupo oficial del Reino Unido. Se sabe que tuvo un affaire con el Capitán Justicia años atrás.




-VINNIE BELLANTONI-
-Nombre real: Vincent Bellantoni
-Fecha de nacimiento: Nacido en 1934
-Superpoderes: Ninguno.
-Crímenes: Ninguno que haya podido ser probado
-Datos conocidos: El Emperador de la mafia es uno de los cabecillas del crimen organizado con más influencia a nivel mundial, poseyendo negocios incluso al otro lado del telón de acero. Con frecuencia recurre al servicio de suprahumanos con pocos escrúpulos




-VIUDA MORTAL-
-Nombre real: Desconocido.
-Fecha de nacimiento: Nacida en 1956 (43 años en 2005)
-Superpoderes: Ninguno.
-Crímenes: Cómplice de los crímenes de Ocaso, muerte de dieciseis personas, asesinato del superhéroe Hydros, innumerable lista de cargos por robo, agresión, secuestro, pertenencia a banda armada y sabotaje. 
-Datos conocidos: Durante su infancia fue sujeto de pruebas en el "proyecto superagente" en Gibraltar, donde recibió un entrenamiento intensivo en combate cuerpo a cuerpo y con armas, así como habilidades para el asesinato y la infiltración.