Opinión: Los caminates, de Carlos Sisí

  ¿Qué buscamos los aficionados al género zombi cuando leemos un libro de esa temática? Quizá esa respuesta se pudiera contestar de otra manera hace unos años, cuando las historias de zombis pertenecían a géneros como el terror, el gore o incluso el slasher. Lo que antes se buscaba al hablar de zombis era sangre, vísceras, cadáveres podridos causando estragos en un grupo que huía y les plantaba cara a partes iguales mientras uno a uno iban muriendo, al más puro estilo película de Holliwood...

  ¿Ha cambiado el género zombi? A esa pregunta yo respondo que sí, y mucho además. Los zombis han saltado del género de terror al drama, y el salto les ha sentado de maravilla. ¿Por qué el drama? Porque los zombis, a diferencia de otros seres “sobrenaturales” clásicos, no son los protagonistas. No son vampiros, no son hombres lobos… no nos interesan sus andanzas, lo que hacen o piensan, principalmente porque no piensan nada y la lista de lo que hacen está bastante limitada. Los protagonistas son los demás, los que no son zombis, son los humanos, que ya no son tan solo una lista de víctimas esperando a ser devorados de formas crueles e imaginativas, son los auténticos protagonistas de un drama, lo que implica que tienen que ser personajes complejos, creíbles y no necesariamente heroicos.

Estos protagonistas no suelen buscar una cura a la enfermedad que causa la zombificación, no buscan tampoco una explicación, ni al organismo responsable de lo ocurrido, ni limpiar al mundo de muertos vivientes… solo buscan seguir vivos, y esa historia de supervivencia es lo que creo que atrae tanto del género hoy día.

  Aunque la sangre sigue muy presente, lo que vuelve atractiva la historia  son sus protagonistas, gente como tú y como yo, acostumbrados a vivir en una sociedad que de repente se ha desintegrado de la noche a la mañana, y lo que antes eran facilidades para la supervivencia (tenemos comida en los supermercados, agua abriendo un grifo y medicamentos en cada farmacia) ahora son todo dificultades. ¿Cuánto debe transformarse el individuo medio para aprender a sobrevivir en ese nuevo mundo hostil desconocido? Con los zombis como trasfondo, esa es la verdadera historia que queremos leer.

¿En la trilogía de “Los Caminantes”, de Carlos Sisí, tenemos eso? Sí, por supuesto, y además escrito de forma absorbente e interesante… pero además tenemos otra cosa que es también muy importante en estas novelas, y es la verosimilitud, la coherencia, la lógica. Hoy día cualquiera puede escribir sobre zombis (yo soy la prueba de ello), pero para que después de leer una historia digas “joder, que bueno” hace falta talento para hacernos la historia verosímil, y Carlos Sisí lo tiene.

  Los personajes bien construidos y con motivaciones que podemos entender son lo que de verdad enganchan, ya que, recordemos, esos personajes son los protagonistas de la historia, no los zombis. En “Los Caminantes” tenemos personajes creíbles, interesantes, de los que queremos saber más. ¿Qué más se puede pedir de a una novela? Quizá una historia igual de interesante, una historia que te deje plantado frente al libro hasta que esta termina, y cuando cierras el libro miras al vacío con los ojos inyectados en sangre y piensas “quiero más”. “Los Caminantes”, pese a ser una trilogía, se me hizo corta, muy corta, y eso solo lo consiguen las mejores historias, de modo que desde mi humilde opinión considero que esta saga es vital para cualquier aficionado del género.

  Mi libro favorito: el primero, siempre me gusta ver las primeras fases de la infección. Y lo del Padre Isidro lo mejor, jejeje.